HACEMOS LAS PACES?
- Consultoria Comercial y H
- 23 ene 2019
- 2 Min. de lectura
El perdón nos desata ese nudo que traemos dentro, nos libera. Es la esencia de la libertad.

Es un acto esencial de amor a mí mismo y a los demás para llegar a la libertad.
Hay que aprender a apreciar nuestro cuerpo, este sorprendente vehículo donde la vida nos metió para que vivamos felices. Hay que aprender no sólo a perdonar, sino hay que amar a nuestro cuerpo. Todo aquello que no amamos se convierte en tu enemigo.
Que es el perdón:
El perdón es disculpar a otro por una acción considerada como ofensa, renunciando eventualmente a vengarse, o reclamar un justo castigo o restitución, optando por no tener en cuenta la ofensa en el futuro, de modo que las relaciones entre ofensor perdonado y ofendido - y quien perdona no queden mas o menos afectadas.
"Pedir perdón funciona, y es más efectivo cuanto más de estos seis elementos contenga", cuenta Roy Lewicki, profesor emérito en gestión de recursos humanos y líder de la investigación.
Expresión de pesar
Antes de disculparse, hay que sentirlo de verdad, señala el experto.
Pero además, es necesario que expresarlo, y dejar para ello de lado el prejuicio que identifica el pedir perdón como un síntoma de debilidad.
Explicación de lo que fue mal
Una explicación con pelos y señales, a eso se refieren los investigadores. Y debe darse cara a cara, insisten.
"Claramente, es importante mirar directamente a los ojos y hacerlo con la expresión adecuada, que demuestre sinceridad", explica Lewicki en la página web de la Universidad Estatal de Ohio.
En ese sentido, "un tono emocionado, una inflexión en la voz pueden también tener un efecto potente", añade.
Reconocimiento de responsabilidad
Según los expertos, el mea culpa es la parte más importante de la disculpa.
"Nuestras investigaciones mostraron que lo fundamental era el reconocimiento de la autoría, admitir que te equivocaste", señala el especialista en gestión de conflictos.
Declaración de arrepentimiento
Además de mostrar pesar, hay que demostrar que sientes un remordimiento real, auténtico, señalan los expertos.
El remordimiento de Kalashnikov por las muertes causadas por su AK-47
Y más tiene que serlo si a quien ofendiste a un amigo.
Ya lo dijo el poeta y pintor inglés William Blake (1757-1827): "Es más fácil perdonar a un enemigo que a un amigo".

Oferta de reparación
"Una de las preocupaciones en torno a las disculpas es que en muchas ocasiones hablar es gratis", dice el investigador; esto es, que con solo decirlo no se llega a ninguna parte.
Así, "si afirmas que vas a arreglar lo que está mal, te estás comprometiendo a tomar medidas para reparar el daño", añade. Por eso el equipo lo considera el segundo elemento más importante de una disculpa realmente efectiva.
Petición de perdón
Pronunciar la palabra "perdón" es para el estudio el paso más prescindible del proceso.
"De prescindir de un elemento, debería ser de éste", insiste Lewicki.
Y explica que los elementos funcionan igual si es una disculpa por una "infracción menor" como por una ofensa que deja en entredicho tu integridad.
Solo así puede una disculpa resultar creíble y por tanto ser potencialmente aceptada, concluye.
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